Situación en la Escuela PROA: problemas con el suministro de gas y funcionamiento del comedor
En la emisión de esta mañana de Buen Día Ciudad, transmitido por Radio Ciudad FM 103.1, la directora de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Marcos Juárez, Arquitecta Alfonsina Ballarino, se refirió a la situación actual de la Escuela PROA, que enfrenta dificultades para dictar clases presenciales y mantener el comedor del PAICOR en funcionamiento debido a la falta de gas.
Ballarino explicó que todos los alumnos que asisten a la Escuela PROA, por el régimen horario del establecimiento, dependen del servicio del PAICOR. Sin embargo, el colegio no cuenta con gas natural, sino con gas de zeppelín, un contrato gestionado directamente por la provincia con la empresa proveedora. “El municipio no tiene injerencia en la recarga del zeppelín ni en el manejo de esos fondos”, aclaró la funcionaria.
Respecto al comedor, señaló que la municipalidad se encarga de comprar los alimentos, pero la elaboración de los mismos depende del personal del PAICOR, que a su vez está bajo la dirección de Andrea Rosada. “Nosotros entregamos la mercadería en los colegios, pero si no hay forma de cocinarla, es complicado. El problema radica en la falta de gas, y estamos a la espera de que la provincia solucione este inconveniente”, comentó Ballarino.
En cuanto a los alimentos frescos como la carne y las verduras, aclaró que, en acuerdo con la directora del colegio, decidieron no entregarlos por ahora debido a la imposibilidad de conservación y preparación adecuada sin el servicio de gas.
Sobre el impacto en los estudiantes, Ballarino explicó que la mayoría se encuentra cursando sus clases de manera virtual y que no se ha visto afectado el servicio de comedor para aquellos en situación socioeconómica vulnerable. “En la Escuela PROA no todos los alumnos dependen del comedor por necesidad. El régimen de alimentación responde más a la carga horaria de los estudiantes”, afirmó.
Para mitigar la situación, se propuso la entrega de bolsones de alimentos a las familias de los alumnos para que puedan cocinar en sus hogares. “El municipio está haciendo un esfuerzo significativo, destinando fondos adicionales para que los chicos puedan comer. Estamos comprometidos con la situación, pero es importante entender que hay limitaciones en nuestra capacidad de respuesta debido a la naturaleza del problema”, concluyó Ballarino.
La falta de gas y la consecuente interrupción del comedor escolar es una problemática que afecta a muchas familias, y aunque el municipio ha tomado medidas para paliar la situación, la solución definitiva depende de la intervención provincial.