En el Día Nacional del Tango, Ubaldo “Uby” Margaria conversó con Buen Día Ciudad y repasó su historia con el género, los aprendizajes de una carrera que lo llevó por escenarios de Rosario, Córdoba y Marcos Juárez, y los desafíos actuales para sostener y renovar el público.

Primeros pasos y formación

“En casa se escuchaba mucho folclore tradicional. El tango me atrapó alrededor de los 15 años”, recuerda. Empezó cantando a capela en bares musicales y, con el tiempo, comprendió que “había que estudiar y ensayar” para profesionalizarse.

Un hito temprano fue un concurso en el Club Provincial de Rosario: “Éramos unos 200 que queríamos cantar para ir al canal. En la tercera rueda me sacan del concurso, pero ahí mismo me ofrecen ser parte del elenco del canal. Fueron años lindos, de conocer y compartir escenario con figuras como Roberto Goyeneche, Jorge Valdez, Jorge Sobral, Carlos Rosi y Daniel Olivera”.

“Códigos” y respeto en el ambiente

Margaria subraya un rasgo que, dice, distingue al tango: “Se respeta al otro tremendamente. Para nosotros, cada cantor tiene su estilo; nadie va a corregirte salvo que te lo pidan y uno pueda ayudar”.

Sobre Adriana “La Gata” Varela, explica que la conoció en el Festival de La Falda, aunque él ya no cantaba cuando ella irrumpió con fuerza: “Hizo un estilo propio; habla el tango de una manera muy especial”.

Gestión cultural y el público en Marcos Juárez

Entre 2009 y 2016 impulsó en la ciudad la Semana de los Cafés, proyecto que retomó en 2024 y 2025 con funciones en cafés y en el teatro local. “Este año hicimos tres noches. En el teatro sumé por primera vez una compañía de baile, 25 artistas en escena. La gente que fue salió encantada”.

Reconoce, no obstante, que el público estrictamente tanguero es reducido y que la gratuidad condiciona la convocatoria: “Cuando es gratis, va más gente; cuando no, hay que elegir. Marcos Juárez tiene una gran oferta de espectáculos y buenos”.

También describe una distancia entre bailarines y shows: “Muchas veces los bailarines no van a ver espectáculos; no hay una sociedad fluida ahí. Y para sostener la escena necesitamos consumir producción actual, no solo discos de los ‘40”.

Tradición y fusión: cómo suena el tango hoy

Para Margaria, el tango se reescribe: “Hay formaciones nuevas y tangos nuevos —instrumentales y cantados— que cuestan al principio, hay que escucharlos varias veces”. Por eso, en sus ciclos mezcla propuestas: ‘Evolución Tango’ y ‘Las Rositas’ con tango electrónico y remixes. Es tango, pero es otra cosa, y atrae a otro público”.

Reconocimientos y emoción

Recientemente fue reconocido por el Concejo Deliberante. “Me aflojé —admite—. Fui con mi nieto y recordé una foto de hace diez años en la Sociedad Italiana. Agradezco los homenajes, pero siempre quiero que estén vinculados al trabajo”.

Lo que viene

Para 2026, proyecta una nueva edición de la Semana de los Cafés —“probablemente en agosto”— con variantes artísticas para ampliar audiencias, sin perder la raíz del género.

Un tango para enamorarse

Al pedirle una canción para invitar a quienes aún no entraron al mundo del 2×4, eligió “El sueño del pibe” (en versiones ligadas al universo Pugliese): “Cada tango cuenta una vida en tres minutos. Alguna vez, quienes dijeron ‘a mí no me gusta’, van a encontrar el suyo”.

 

 “El tango es parte de mí. Culturalmente me hice en este género, pero intento ser abierto y consumir otras músicas para que el tango siga vivo en nuevas generaciones”.