En los últimos tiempos, los monopatines eléctricos y otros vehículos de movilidad individual comenzaron a proliferar en distintas ciudades como una alternativa de transporte económico, práctico y amigable con el ambiente.

Sin embargo, su crecimiento también puso en evidencia una falta de regulación específica que ordene su circulación y establezca requisitos claros para su uso.

En Marcos Juárez, este debate no es nuevo. Desde el área de Tránsito municipal, durante la gestión de Bainotti, se impulsó un proyecto de ordenanza que buscaba regular la circulación de estos vehículos. La iniciativa comenzó a discutirse cuando la formaba parte de la gestión, con el objetivo de crear un marco normativo que incluyera no solo a los monopatines eléctricos, sino también a otros dispositivos similares, como monociclos y vehículos eléctricos de un solo ocupante alimentados a batería.

La propuesta apuntaba a unificar criterios con lo que ya se aplica en otras ciudades del país y a nivel nacional.

 Entre los puntos centrales del proyecto se contemplaba la obligatoriedad de luces delanteras y traseras, el uso de casco adecuado —similar al de bicicleta— y una edad mínima de 16 años para su conducción, teniendo en cuenta que muchos de estos vehículos pueden superar los 30 kilómetros por hora.

Asimismo, se planteaba que estos medios de movilidad debían respetar íntegramente las normas de tránsito, al igual que las bicicletas: circular por la calzada y no por la vereda, respetar manos de circulación, señales viales y semáforos, con el fin de garantizar la seguridad tanto de los usuarios como de peatones y automovilistas.

Pese a que el proyecto fue trabajado y discutido en su momento, finalmente no tuvo continuidad y la ordenanza nunca llegó a concretarse.

Frente al crecimiento sostenido del uso de estos vehículos en la ciudad, se remarcó la importancia de que el Concejo Deliberante retome la iniciativa, actualice el proyecto y avance en una regulación que permita ordenar la circulación y prevenir accidentes.

“Son vehículos que llegaron para quedarse, pero necesitan reglas claras”, coincidieron, subrayando que una normativa adecuada no solo aporta seguridad vial, sino que también promueve una convivencia responsable en el espacio público.